11-11-10
EN EL FUTBOL SE ENTRENA,SE JUEGA Y SE COMPITE
Jugar es entretenerse, divertirse, actuar, moverse, aventurar, apostar y tomar parte en uno de esos juegos sometidos a reglas. Entrenar es ejercitarse, adiestrarse, habituarse, ensayar, prepararse para la práctica de cualquier deporte. Competir es emular y rivalizar con otro, con el fin de igualarle o superarle. Jugar, entrenar y competir. Estas tres palabras están íntimamente relacionadas en el fútbol profesional, ya que se entrena para luego competir y después se compite a través del juego. No obstante, tienen connotaciones muy diferentes.
Se juega con unas cualidades naturales, que son innatas de cada uno y se basan en el talento y en la intuición. Andrés Iniesta es un ejemplo muy aclarador en esta apartado. Se entrena mediante la reflexión y con los conocimientos específicos de cada entrenador, aunque también es una labor multidisciplinar, que implica a tener conocimientos en todos los aspectos relacionados con la metodología del entrenamiento y saber dominar los resortes necesarios para la dirección del grupo. Además es fundamental coordinar el trabajo cotidiano con los ayudantes (segundo entrenador; entrenador de porteros; preparador físico; recuperador de lesionados; médicos, rehabilitadores; masajistas y jefe de prensa). Todos son importantísimos para la cohesión de este grupo de trabajo, que debe de estar a muerte con el jefe, que no es otro sino el entrenador.
Para jugar y competir, en el aspecto físico se requieren unas cualidades bimotores, mientras que en el aspecto técnico hay que saber ejecutar las acciones que se realizan durante un encuentro de fútbol. Además, en el aspecto táctico se debe tener un buen desarrollo del mecanismo de percepción, decisión y ejecución, para así elegir la mejor acción posible ante los problemas que nos encontramos durante un partido de fútbol. Creo con firmeza en todo esto, ya que el futbolista es el protagonista principal.
Para entrenar bien, bajo mi criterio, hay que basar el desarrollo del trabajo en el profundo conocimiento de todas las materias que rigen la labor global del entrenamiento, aunque también es fundamental el ambiente que crea en la conducción del grupo el entrenador, al que se le denominado en algún medio de comunicación buen conductor del vestuario. Ese es aquel que tiene a todos contentos, con el que el grupo trabaja y compite como ningún otro equipo. Ese trabajo de puertas para adentro da unos resultados extraordinarios y, que yo sepa, tanto Vicente Del Bosque, como Jabo Irureta tenían ese don de ser unos conductores de grupos excelentes. Así queda demostrado que en los trabajos de equipo, el entrenador que maneja un vestuario lleno de jugadores de una magnífica calidad, con un poco de sentido común, obtiene unos resultados magnificos.
Se juega con unas cualidades naturales, que son innatas de cada uno y se basan en el talento y en la intuición. Andrés Iniesta es un ejemplo muy aclarador en esta apartado. Se entrena mediante la reflexión y con los conocimientos específicos de cada entrenador, aunque también es una labor multidisciplinar, que implica a tener conocimientos en todos los aspectos relacionados con la metodología del entrenamiento y saber dominar los resortes necesarios para la dirección del grupo. Además es fundamental coordinar el trabajo cotidiano con los ayudantes (segundo entrenador; entrenador de porteros; preparador físico; recuperador de lesionados; médicos, rehabilitadores; masajistas y jefe de prensa). Todos son importantísimos para la cohesión de este grupo de trabajo, que debe de estar a muerte con el jefe, que no es otro sino el entrenador.
Para jugar y competir, en el aspecto físico se requieren unas cualidades bimotores, mientras que en el aspecto técnico hay que saber ejecutar las acciones que se realizan durante un encuentro de fútbol. Además, en el aspecto táctico se debe tener un buen desarrollo del mecanismo de percepción, decisión y ejecución, para así elegir la mejor acción posible ante los problemas que nos encontramos durante un partido de fútbol. Creo con firmeza en todo esto, ya que el futbolista es el protagonista principal.
Para entrenar bien, bajo mi criterio, hay que basar el desarrollo del trabajo en el profundo conocimiento de todas las materias que rigen la labor global del entrenamiento, aunque también es fundamental el ambiente que crea en la conducción del grupo el entrenador, al que se le denominado en algún medio de comunicación buen conductor del vestuario. Ese es aquel que tiene a todos contentos, con el que el grupo trabaja y compite como ningún otro equipo. Ese trabajo de puertas para adentro da unos resultados extraordinarios y, que yo sepa, tanto Vicente Del Bosque, como Jabo Irureta tenían ese don de ser unos conductores de grupos excelentes. Así queda demostrado que en los trabajos de equipo, el entrenador que maneja un vestuario lleno de jugadores de una magnífica calidad, con un poco de sentido común, obtiene unos resultados magnificos.